Tepezcohuite y los mayas de México

Los mayas conocían la Mimosa hostilis/tenuiflora por el nombre Tepezcohuite, y ya la usaban hace más de 10 siglos pos sus importantes propiedades antimicrobianas, analgésicas y regeneradoras celulares, como cura para enfermedades de la piel y para el tratamiento de lesiones.

Popularmente conocido como “el árbol cuya cáscara se hace polvo que cura heridas”, su uso tradicional ha trascendido hasta nuestros días gracias a la medicina tradicional de los mayas.

El nombre Tepezcohuite proviene de los vocablos náhuatl tepetl (cerro) y cuahuitl (árbol); “árbol del cerro”. También por el de tepuscuahuitl, “árbol de Hierro”, aludiendo a la dureza de su madera.

Historia moderna del Tepezcohuite en México

En el año 1986 ocurrió un “boom” informativo sobre las propiedades sanadoras del Tepezcohuite. Habían ocurrido grandes catástrofes en México: la erupción del volcán Chichonal en Chiapas en 1982, la explosión de una planta de gas en San Juanico, estado de México en 1984 y los temblores de México y El Salvador en 1985.

Estos acontecimientos provocaron muchas víctimas con heridas y quemaduras, indefensas ante la falta de recursos materiales y medicamentos. Fue el ingeniero Roque León, pionero en la investigación y divulgación de las propiedades del Tepezcohuite, quien dio a conocer los efectos curativos de la corteza del tronco de este árbol, un recurso fácil de encontrar ya que crecía en su estado natal.

Después de ser utilizado con éxito en la erupción del volcán Chichonal, fue aprovechado masivamente en las dos catástrofes posteriores.

Los efectos del polvo de la corteza de Tepezcohuite en los pacientes afectados por quemaduras fueron casi milagrosos, y se descubrió que controlaba con gran eficacia tres parámetros fundamentales: el dolor, la infección y la deshidratación.  

Al ser aplicado el polvo vegetal, formaba una masa que al endurecerse se convertía en una costra que protegía el tejido subyacente. No se efectuaban nuevas aplicaciones del polvo, salvo en áreas de gran movimiento como los pliegues de las articulaciones.

Varias semanas después, al desprenderse la costra y lavar con agua tibia las heridas, la piel nueva y rosada aparecía casi siempre sin retracción, impecable.  

Se iniciaron estudios sobre la actividad antibiótica de extractos de la corteza de Mimosa hostilis/tenuiflora, comprobándose la inhibición del crecimiento in vitro de microorganismos comunes en la piel y que en caso de quemaduras o heridas constituyen el grupo de mayor riesgo para provocar infecciones.

Hongos como Candida albicans, microorganismo oportunista resistente a la mayoría de los antibióticos y que puede causar infecciones graves, son sensibles a los extractos de Mimosa hostilis/tenuiflora.

Análogos de la Ayahuasca en México

En México, no se tiene constancia del uso ancestral de Mimosa hostilis/tenuiflora como enteógeno, aun contando con gran tradición como árbol medicinal.  Aun así, hay diversas especies nativas que pueden usarse como inhibidoras de la MAO para preparaciones de bebidas psicoactivas análogas a la ayahuasca.

La Passiflora Incarnata es una planta que crece en Veracruz, Tabasco, Chiapas y en la mayoría de los estados con clima tropical. En México es muy fácil de conseguir en los mercados ya que se usa como alternativa natural a las benzodiacepinas en casos de insomnio o ansiedad, por sus efectos sedantes. La Passiflora Incarnata contiene flavonoides (1.5% de las ramas y hojas) y beta-carbolinas inhibidoras de la monoaminoxidasa (entre 0.1% y 0.2%).

Aunque su nivel de beta-carbolinas es muy bajo, se ha demostrado su eficacia para ser usado como elemento inhibidor de la MAO en preparecionas análogas de la ayahuasca; se cree que algunos de sus flavonoides también podrían ser responsables de la acción inhibitoria de la monoaminoxidasa.

Tanto las concentraciones de DMT en Mimosa hostilis/tenuiflora como de beta-carbolinas en Passiflora Incarnata, pueden variar considerablemente en las diferentes áreas.

Tepezcohuite y los mayas de México

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